Políticas de conectividad: ¿dónde poner los incentivos?

En estos días me ha tocado producto de diversos debates sobre políticas públicas de desarrollo digital (en mi calidad de miembro de Océanos Azules) apreciar como las diferentes propuestas programáticas se plantean banda ancha para todos como un deseo, al menos en boca de cada uno de los representantes de las diferentes propuestas.

Ahora bien, creo que a este deseo hay que darle un segundo click, ojo que es un deseo no del todo compartido por el resto del país, según lo muestra encuesta encargada por Subtel y desarrollada por la Universidad Alberto Hurtado, en la que  unos 800.000 hogares (Chile tiene como 4.5 millones de hogares), no le ven valor a la Internet.

Me parece que el debate ha sido pobre en esta materia, ya que probablemente no hemos entrado al como y nos hemos quedado más en el que.  ¿Será por que los tiempos no dan para una discusión profunda y seria al respecto?

En este ámbito existen diferentes formas para abordar este desafío, algunos de ello son: subsidios a la demanda, subsidios a la oferta, subsidios a la inversión/infraestructura y una mixtura de ellos.

Me gustaría realizar un análisis al respecto, el cual se basa en sendos estudios de las prácticas de clase mundial como son el estudio de ITIF.  Según ITIF las principales propuestas de políticas públicas más exitosas van por:

Oferta

  • Incentivos (tributarios y no tributarios) al despliegue de nuevas redes e infraestructura
  • Disponibilizar espectro para nuevas generaciones de colectividad móvil
  • Fondos de desarrollo y de subsidio a la oferta en zonas con poco acceso
  • Simplificar los procesos de despliegue de nuevas redes, ejemplos de ello son los permisos de acceso

Demanda

  • Incentivar el uso por parte de los grandes oferentes de servicios a los ciudadanos en modalidades digitales
  • Introducir y masificar el uso de TI en sectores claves, educación, salud y emprendimiento

Por su parte el Centro Berkman de la Universidad de Harvard, desarrolló un estudio muy profundo de las principales prácticas en términos de penetración de banda ancha, estudio solicitado por la FCC regulador de Telecomunicaciones de los Estados Unidos, llegando a conclusiones similares.

En estos mismo estudios se concluye que los subsidios deben estar orientados a contar con un mejor mercado en este ámbito, y los subsidios a la demanda más bien van por acceso a tecnologías en las puntas (concretamente a los dispositivos)y procesos de inclusión digital e infoalfabetización de los ciudadanos.  Adicionalmente se deben generar más y mejores contenidos.

Si miramos algunas variables y su comportamiento en cada uno de los modelos se puede concluir que:

Hace algún tiempo atrás me tocó exponer en esta materia en ciudad de México, y mencioné algunos de estos conceptos, lo pueden ver aquí.  Creo que las apuestas van por aumentar la oferta, competencia y nuevas redes, sin perjuicio de que puntualmente y en forma muy acotada a los quintiles más pobre se puedan apoyar con subsidios a la demanda. Lo anterior se traduce en incentivos en el despliegue de infraestructura, ya sea por que el estado asume ese rol (caso Australiano) o bien estructura subsidios para que los privados lo hagan, por ejemplo a través de la compañías eléctricas y sus nuevas redes smart grids, como potenciales carrier de carriers.

Por otro lado, hoy existe nueva evidencia en materia de acceso inalámbrico que hay que meter en este análisis, me refiero al WiMAX ya que se está dando una convergencia entre estándares y tecnologías disponibles, cosa que hace unos meses no era del todo claro.  Según anuncios de INTEL a comienzos del próximo años contaremos con chips duales Wifi/WiMAX además con la capacidad de utilizar múltiples frecuencias (2.3, 2.5 y 3.5) en el mismo chip, por lo que una política agresiva en esta materia es licitar nuevo espectro en esas bandas y que puedan entrar nuevos actores a la provisión de colectividad móvil (no estoy pensando en las empresas de celular).  Hoy las empresas de telefonía móvil, están sufriendo (al menos en lugar con alta tasa de uso y gran penetración, USA y Europa) con sus redes 3G, datos compite con su principal negocio Voz y esto a la larga llevará a las compañías a privilegiar voz por sobre datos, lo que ya se puede apreciar en ciertas celdas, ¿han tratado de conectarse vía 3g en el centro de Santiago al medio día?.

Creo que lo que necesitamos es generar un espacio amplio de discusión en esta materia en el cual participen todos los stakeholders involucrados, en el pasado el Consejo de Innovación conovocó a una discusión pero quedó sólo en esa discusión inicial, debiéramos emular lo que que está haciendo el gobierno de Obama con su mesa de discusión denominada Broadband.gov la cual tiene que llegar con propuesta conctretas al congreso el 17 de febrero de 2010

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4 comentarios

  1. Ayer estaba trabajando en un Ministerio con personal de esa repartición, cerca de la hora de salida del personal en la tarde. La velocidad de la conexión se fue deteriorando al punto de hacerse insostenible.

    Me quedé con la sensación que al nivel más alto en el gobierno, se usa muy poco Internet y su banda ancha, no es tema aun. Por ello no es algo con lo que se tropiecen y por lo tanto no está en sus prioridades.

    Bueno, gracias Alejandro por poner estos temas en el mejor de los niveles.

    Saludos

  2. La sensación que me queda con este incipiente debate es que con el slogan de «banda ancha para todos», siempre se piensa en masificar y se antepone la cantidad a la calidad.

    Quiero creer que como país debemos avanzar en ambas dinmensiones, vale decir seguir empujando la masividad para que todos tengan acceso, incluso aquellos que no le asignan priridad al tema, porque no ven su importancia. Mal que mal, hay que pensar que de acuerdo al último censo (2002), el 20,5% de los hogares dispone de computador y en 10,5% de ellos se presenta conexión a Internet. Si ambos números se hubieran multiplicado por 4 en la última década, aún hay personas sin el equipamiento mínimo como para pensar en que deseen tener acceso a una red como Internet.

    Entonces, el dilema que se abre es en la parte superior de la pirámide. Con un colega comentábamos a nivel de anécdota lo que le pasaba a un japonés que vino a Chile y que se quejaba de los 4MB de «banda ancha» local disponible, que ni se comparaban con los 10 Gb que tenía en su casa. «Así no se puede trabajar», se quejaba.

    Por lo mismo, la calidad es una dimensión que no se debe olvidar; hay y habemos usuarios dispuestos a invertir en mejores conexiones, pero la oferta a un nivel accesible, no existe. ¿No será tiempo de que el mercado o el estado lo considere?

     

    Saludos

    jcc

  3. Banda Ancha universal, ¿para qué? Se necesita de un proyecto paraguas que de un sentido último a la banda ancha. He analizado lo que se ha hecho en los países más adelantados de la OCDE, y hay un denominador común: incorporar al país a la Sociedad del conocimiento. No como un concepto abstracto y etéreo, sino muy concreto y delimitado.

    Significa generar killer applications que tengan impacto en la sociedad y la economía. Corea del Sur, Japón, y más recientemente USA están apostando por esa vía.

    Y significa entregar acceso a todos para que los killer applications sean verdaderamente killers. Después de participar en los mismos debates que Alejandro, he variado mi posición inicial de solo poner énfasis en subsidio a la demanda, que es tecnológicamente más neutro. Estoy de acuerdo con estudiar subsidio al despliegue de redes nuevas, siempre y cuando resuelvan el tema de acceso a los quintiles más pobres, de lo contrario se puede transformar en subsidio a empresas que al final lo usan para competir en los segmentos más rentables. Se pueden licitar soluciones Wi Max para iluminar los sectores más pobres de Chile, pero entonces el tema pasa por darles un PC para que puedan usarla. Por ahí pasa lo de un PC por alumno, como un vehículo para introducirlo en todos los hogares de Chile.

    Y, finalmente, killer applications, en especial en las relaciones G2C, enfocado a ahorrarle tiempo y costos a los ciudadanos, lo cual  beneficiaría especialmente a los quintiles más pobres, que tienen muchas más transacciones con el Estado que los más ricos.

    Alfredo

  4. Creo que a estas altura nadie cuestiona para qué ni por qué dar acceso universal a Internet de Banda Ancha. Existen ya suficientes killer applications que justifican el esfuerzo. Sin embargo aún veremos aparecer nuevas. Cada día que pasa es más obvio y urgente que el país debe hacer de ésta una política de Estado. Antes de pensar siquiera en subsidios de cualquier naturaleza debemos estudiar el mercado ¿es competitivo? ¿es justo el precio que pagan quienes pueden tener el servicio? ¿hay captura de excedentes del consumidor de proveedores con poder de mercado? En mi opinión en Chile no hay suficiente competencia y así lo ha determinado en numerosas ocaciones el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, recomendado algo que han hecho todos los países desarrollados: Desagregar las redes de la empresa dominante. ¿Somos más inteligentes los chilenos que ellos? Por los resultados en esta área pareciera que no. Telefónica posee 4 millones de pares de cobre instalados en todo Chile y usa algo más de dos. Pareciera haber un importante recurso ocioso ya disponible en el país para avanzar dramáticamente en el acceso universal que no estamos aprovechando. Todo indica que hay que partir por ahí, el resto es pérdida de tiempo. ¿Quién va a invertir en infraestructura alternativa si existe una insuperable ya instalada? Una espada de Damocles cuelga sobre el emprendimiento estatal o privado con costos ya hundidos y requete pagados por todos los usuarios de telefonía fija en los últimos 20 años.

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