Regulador no ayuda mucho a luchar contra el SPAM
El SPAM es algo con lo que tenemos que lidiar todos los días, tanto instituciones públicas como privadas, nos llenan nuestras cuentas de correo con mensajes no solicitados. Pero esto se hace más cuesta arriba cuando los entes fiscalizadores tampoco ayudan a detenerlo.
Desde hace unos años que estoy recibiendo mensajes del tipo SPAM desde empleados de la Caja de Compensación Los Andes, he intentado diversas formas para eliminar estos mensajes, desde escribirle a su Gerente General hasta realizar un reclamo formal al organismo regulador, me refiero a la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO).
En general los mensajes no deseados se refieren a ofertas de créditos preaprobados, debo señalar que nunca he solicitado un crédito en dicha entidad, ni menos aún me he suscrito en una lista de correo para recibir publicidad ni marketing.
Les adjunto algunos de los múltiple ejemplos:
Mail de SPAM Nº 1 – 12 de diciembre 2017
Mail de SPAM Nº 2 – 10 de enero de 2018
Luego de eso le escribí al Gerente General de dicha compañía, el día 24 de enero 2018, solicitando que el envío de este tipo de mensajes se detuviera.
Mail Solicitando eliminar del lista de envíos – 24 de enero de 2018
Debo decir que la respuesta fue rápida, a los pocos días me respondió una supervisora de reclamos de la gerencia comercial de dicha empresa señalando (extracto de la carta original de respuesta):
«Con respecto a lo que señala sobre el envío de correos electrónicos de la Ejecutiva de Caja Los Andes Laura Gomez con ofertas de créditos pre calificados, podemos confirmar que ante su requerimiento de no querer seguir recibiendo dicha información, hemos procedido a realizar el bloqueo de su dirección de correo electrónico xxxx@gmail.com, para todo tipo de comunicaciones promocionales.”
Mi sorpresa fue mayúscula, cuando menos de dos meses (19 de marzo de 2019) después de dicha comunicación, recibo otro mensaje SPAM de otro funcionario ofreciendo un crédito pre-aprobado a la misma dirección de correo, que se suponía había sido bloqueada.
Mail de SPAM Nº 3 – 19 de marzo de 2018
Lo anterior, continuó ya que en agosto de ese mismo año (2018) y en abril de 2019 volví a recibir otros mensajes de SPAM. Llegó incluso hasta un agente de dicha empresa, el cual me hizo llegar un mail con más ofertas de créditos pre-aprobados, lo que demuestra que esto no sólo es una práctica de vendedores inescrupulosos, sino también de niveles medios de dicha empresa.
Mail de SPAM Nº 4 – 28 de agosto de 2018
Mail de SPAM Nº 5 – 26 de abril de 2019
Mail de SPAM Nº 6 – 12 de julio de 2019
Ya en este punto, intenté otro recurso proceder a un reclamo en el organismo regulador de esas empresas, me refiero a la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO). Para lo cual procedí a realizar un reclamo a través de su sitio web, el día 12 de julio de 2019. Debo decir que el proceso de reclamo tiene bastantes oportunidades de mejora, por ejemplo: predictibilidad del proceso, pero eso sería para otro post. Mi reclamo ingresado al sitio web decía :
Más de un mes después recibo una carta certificada con lo siguiente (pueden ver la comunicación oficial aquí) :
«Se remite a esa Entidad la presentación de don Luis Alejandro Barros Cabero, ello por cuanto su contenido está referido a una materia de competencia exclusiva de ese Organismo. Reclama por correos electrónicos “Spam” que CCAF Los Andes remite a su bandeja de mensajería.”
Esto me lleva a dos reflexiones
- En la SUSESO no han entendido del todo, al menos en su área de reclamos, las características que debe tener un servicio ciudadano-céntrico, ya que el reclamante, en este caso yo, queda en la indefensión, y con la respuesta recibida se le traslada el problema al regulado, sin pronunciarse en nada respecto de las conductas de dicho regulado.
- No queda claro quién tiene la potestad, en un mercado regulado de eliminar prácticas como estas.
- Asimismo queda la duda si el problema del SPAM no forma parte de las atribuciones de regulación en los diferentes mercados regulados (Bancos, Compañías de Seguro, AFP e Isapres entre otros)
Uno queda con la sensación, como dice el Chavo del Ocho, y Ahora ¿quién podrá defenderme?
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