Simplificación administrativa, gobierno digital y mejora regulatoria
Es recomendable entender las diferencia entre simplificación administrativa, gobierno digital y mejora regulatoria, y cuando aplicar cada uno
Cuando nos enfrentamos a un proceso de modernización del estado, es muy habitual escuchar estos conceptos; simplificación administrativa, gobierno digital y mejora regulatoria, pero el problema que que existe una gran confusión al respecto, y claramente no son equivalentes, y sobre todo su aplicación depende de los contextos.
Hace unos días un amigo y compañero de algunas batallas, me refiero al bueno de Alejandro Pareja del Banco Interamericano de Desarrollo, con quien me ha tocado trabajar más un tema juntos, incluyendo temas de eID, gran conocedor de los procesos modernizadores y digitalizadores de las instituciones públicas de la región, me compartió un post que lleva como título Simplificación administrativa, gobierno digital y mejora regulatoria, en el cual busca mostrar las diferencias entre los tres conceptos, y como habitualmente se confunden (actualización 11 de abril, el post fue dado de bajo, desconozco las razones para ello).
El artículo, centra si tesis en que los países generalmente tienen abordajes a estas problemáticas diferentes, no basados en las metodologías probadas y comprobadas por el sector privado, enfocadas en calidad y eficiencia, ni en las TI, sino en la denominada mejora regulatoria. El nombre da a entender que el problema básico es esencialmente normativo. Esto implicaría principalmente dos cosas: 1) que la solución pasa principalmente por modificar normas (en principio simplificándolas), que no se puede mover un dedo si no hay cambios normativos; y 2) que los expertos a cargo de resolver el problema pertenecen al ámbito del derecho (y no al de la gestión o la tecnología).
Finalmente, el artículo llega a varias conclusiones, varias de las cuales comparto, las he resumido, si quieren ver la versión original del post se los recomiendo ya que está muy documentado y con varios ejemplos, lo puede hacer aquí (actualización 11 de abril, el post fue dado de bajo, desconozco las razones para ello):
- Se debería separar claramente mejora regulatoria de simplificación administrativa.
- Al adoptar tecnologías y buenas prácticas de simplificación y digitalización, se debería analizar las prácticas del sector privado y adoptar las de éxito probado.
- Para simplificar trámites o procesos internos de gestión habría que enfocarse en analizar el proceso actual e identificar los puntos donde haya espacio para optimizar el valor público generado
- Se debería aprovechar los resquicios en las normas para modernizar sin modificarlas.
- Cuando se introduzcan normas, es crítico considerar, tanto las capacidades de implementación de las mismas (tecnológicas, presupuestales y de capital humano) como el contexto social donde se aplicarán.
- Visto las limitaciones de la tracción normativa, cabe preguntarse si la salvación está en la tracción tecnológica (respuesta no es obvia).
- Implementar mejoras tecnológicas no es tan fácil como sacar una ley que diga cosas muy lindas y modernas.
- Los proyectos tecnológicos pueden fallar, como todo proyecto. No son pocos los casos de soluciones robustas que no terminan siendo adoptadas por los usuarios.
- Si bien la tracción tecnológica es superior a la normativa, el enfoque debiera ser multidisciplinario. Es fácil decirlo, no tanto lograrlo. Siempre estará por allí el martillo de Maslow o martillo de oro
- Los programas de modernización son liderados por personas concretas que son especialistas en alguna de las áreas requeridas. Será muy difícil contar con alguien que tenga una visión holística genuina. Si el liderazgo queda a cargo de ingenieros, las TI serán la solución a todo; si a cargo de los abogados (o economistas), lo será la regulación; si queda en los expertos en administración o en recursos humanos, la solución serán los procesos o una mayor profesionalización.
Algo que me faltó abordara el post de Alejandro es poner más énfasis en el tema de que muchos “modernólogos” piensan que por el sólo hecho de presentar un proyecto de ley o un nuevo decreto, estamos listos y con el problema resuelto.
En muchos casos no se perciben, ni menos aún, vislumbran las dificultades de implementación, estamos llenos de leyes que nunca operaron porque su esfuerzo de implementación ($, RRHH, economía política) no los hacían factible, sólo mencionarles un par de ejemplos:
- Firma electrónica, Leyes de Firma Electrónica en la región, casi todos los países tienen su ley de firma electrónica y nadie o muy pocos la utilizan.
- Interoperabilidad, me gustaría mencionar el caso de Chile, la ley chilena de procedimiento administrativo, dice “el Estado no debe pedirle información a un ciudadano que ya tiene” es del año 2004, hace 15 años que el Estado de Chile no la cumple.
Esto demuestra que, es relevante entender cuándo y cómo aplicar, una simplificación administrativa, una mejora regulatoria o bien el desarrollo de una solución tecnológica en lógica de gobierno digital. Pero lo que si esta claro es que no son lo mismo, y que sus procesos de puesta en marcha e implementación muy diferentes